viernes, 15 de noviembre de 2013

Buen uso del tiempo libre

  Debemos realizar actividades artísticas, culturales, sociales, recreativas y lúdico-deportivas que brinden alternativas de buena  utilización del tiempo libre, que  aporte a una sana convivencia en el ámbito escolar,  social  y familiar, contribuyendo así con la formación integral de los jóvenes y futuros ciudadanos.

Toda persona goza de tiempo libre, que sirve idealmente para el descanso, el alejamiento de la rutina y la realización de las actividades diferentes pero relajantes y quizás formadoras, sin embargo, es notorio como a medida que la técnica,  la ciencia y la  tecnología  facilitan el desempeño humano y este dispone de más espacios de tiempo libre, lo emplea con frecuencia en actividades poco edificantes que no contribuyen a su crecimiento integral.


Una de las características fundamentales de la niñez y la adolescencia es la tendencia grupal donde priman los códigos sociales y culturales que definen la convivencia grupal. El ritmo normal de los grupos no basta para favorecer la socialización, entendida como la oportunidad de formarse y desarrollarse integralmente como persona.


En la experiencia grupal se aprende más que en ritmo normal de las clases (teatro, danzas, música, juegos, deportes, actividades lúdicas...) porque allí se aprende a trabajar en grupo, a coordinar puntos de vista con los demás, a asumir responsabilidades,  resolver conflictos, pero también se fortalece la autoestima y el sentido de pertenencia.
Las prácticas recreativas y lúdicas son entendidas como actividades complementarias a los procesos de aprendizaje, desarrollo cultural y como una herramienta para romper con los círculos de pobreza, dependencia, inactividad violencia y con los sentimientos de marginación y exclusión, los cuales a su vez se encuentran asociados a la pérdida de la autoestima.

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